En un sentido amplio podemos definir el duelo como “la reacción psicológica que se produce ante la pérdida de alguien o algo significativo para nosotros”. Podemos experimentar reacciones de duelo ante experiencias vitales distintas a la muerte, pero que suponen una pérdida importante, como puede ser un divorcio, un cambio de residencia o incluso la pérdida de un empleo gratificante para nosotros.
Sin embargo, lo más habitual es que utilicemos el término duelo para referirnos a la reacción que se produce ante la enfermedad terminal y la muerte.
Definición de duelo
En este sentido podemos definir el duelo como: “proceso psicológico normal que se produce a partir de la pérdida por la muerte de una persona querida. Es una experiencia emocional humana universal, única y dolorosa, que puede delimitarse en el tiempo, presenta una evolución previsiblemente favorable y requiere la necesidad de adaptación a la nueva situación”.
Fases del duelo
El duelo es un proceso que atraviesa una serie de fases pero no necesariamente se debe pasar por todas ellas ni seguir una determinada secuencia. En función de los autores a los que hagamos referencia hablaremos de distintas etapas o fases en el proceso de duelo (Lindemann, Parkes y Bowlby, Engel, Kübler-Ross, Rando, Neimeyer, etc.). A nivel general podemos establecer las siguientes fases:
- Fase inicial. Se caracteriza por: Shock (insensibilidad, estupefacción, nada parece real; la persona se siente aturdida, como anestesiada), Negación (incredulidad) y Pánico.
- Fase aguda de duelo. Las emociones características de esta etapa son: sentimientos de culpa (autocastigo y auto recriminación relacionados con la pérdida) y de depresión y abandono (prima el sentimiento de desolación, sentir que nadie puede comprender la situación).
- Fase de mantenimiento. Resistencia a volver a la vida habitual.
- Resolución del duelo. Afirmación de la realidad y recuperación.
Sin embargo, tal y como Kübler-Ross dice, las etapas “nunca se concibieron para ayudar a introducir las emociones turbias en pulcros paquetes. Son reacciones a la pérdida de muchas personas tienen, pero no hay una reacción a la pérdida típica, ni tampoco existe una pérdida típica. Nuestro duelo es tan propio como nuestra vida”. Las etapas “son instrumentos para ayudarnos a enmarcar e identificar lo que podemos estar sintiendo. Pero no son paradas en ningún proceso de duelo lineal. No todo el mundo atraviesa todas ni lo hace en un orden preciso”.
Generalmente existen características comunes en todos los duelos debido a que parten de informaciones básicas heredadas y en íntima relación con nuestra supervivencia. Sin embargo, la experiencia, el aprendizaje, la personalidad y otros vínculos externos moldearán la respuesta de duelo de cada individuo.
Manifestaciones del duelo
Veamos a continuación las manifestaciones del duelo más habituales en nuestro medio:
- Manifestaciones físicas:
- Llanto.
- Sensación de estómago vacío.
- Falta de aire.
- Palpitaciones.
- Falta de energía y debilidad. Sensación de agotamiento.
- Dolor de cabeza y sequedad de boca.
- Hipersensibilidad a ruidos. Alteraciones del sueño (insomnio, hipersomnia).
- Opresión en el pecho y garganta.
- Inapetencia y pérdida de peso.
- Pérdida del apetito sexual.
- Sensación de despersonalización (sensación de estar desconectado o separado del propio cuerpo y de los pensamientos).
- Aumento de la morbimortalidad (mayor riesgo de enfermar).
- Manifestaciones psicológicas:
- Soledad / tristeza.
- Culpa y autorreproche.
- Extrañeza ante el mundo habitual.
- Incredulidad.
- Confusión. Dificultades de atención y concentración, en ocasiones, por pensamientos permanentes sobre el difunto. Se puede manifestar en dificultad para escuchar.
- Pérdida de ilusión, desinterés, cierta insensibilidad.
- Añoranza.
- Hipocondría ante síntomas parecidos a los vividos previamente por el difunto.
- Obsesión por recuperar la pérdida. Conducta de búsqueda (searching behaviour): a través de ropas, objetos, frecuentación de lugares comunes, alucinaciones visuales o auditivas (la creencia de haberle visto u oído…), sueños, parece necesitarse volver a conectar con la presencia del fallecido.
- Sentimiento de abandono y soledad.
- Rabia contra los médicos, contra Dios, familiares, contra el propio difunto, frente a uno mismo…
- Aprensión por si volviera a suceder algo malo otra vez.
- Hiperactividad.
- Ansiedad ante la inseguridad de la nueva situación.
- Miedo: ante la soledad; ante no saber o poder tomar decisiones; ante la muerte…
- Alivio, sentimiento de liberación, después de una larga enfermedad; por el fin de los sobresaltos, etc.
- Manifestaciones sociales:
- Usar sus ropas, como una forma de identificarse con el fallecido y hacerle presente.
- Resentimiento hacia los demás (todo continúa alegremente) y ante los familiares que antes no quisieron saber nada.
- Sentido de no pertenencia grupal: aislamiento, búsqueda de otras relaciones con otros que también están solos…
- Elaboración de una nueva identidad y de nuevos papeles sociales.
- Manifestaciones espirituales:
- Pérdida de la sensación de ser inmortales.
- Búsqueda de Dios, en forma de resentimiento (rebeldía); indiferencia (ante percepción de abandono); confianza (busca fuerzas), etc.
- Búsqueda del sentido de la vida o experiencia de sinsentido.
En el duelo normal, también llamado duelo típico, suelen estar presentes las manifestaciones físicas, psicológicas, sociales y espirituales anteriormente mencionadas. Es importante conocerlas con el objetivo de desdramatizarlas y situarlas en su contexto de normalidad. Conviene aclarar también que el hecho de que sean síntomas normales no significa que por ello dejen de ser molestos o dolorosos.
Referencias bibliográficas:
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